Se cruzaron sus miradas y no se dijeron nada.
Ana se disponía a recoger la mesa,
cuando su padre le dijo: no espera, tenemos que hablar.
Ya lo se padre, pero tengo que irme, estoy esperando
una llamada muy importante que no puede esperar mas.
Ellos no te dejaran ir, mi pequeña Ana.
¿Y quienes soy ellos padre?
No lo se hija no lo se.........
Llevo años intentando saberlo pero no lo se,
desde que eras pequeña ellos han estado a tu lado,
y temiendo que te hicieran daño te mandamos al internado.
Nos costo mucho el sacarte de la casa ya que ellos no nos dejaban.
¿Pero quienes padre?, me estas asustando.
En eso que sonó el teléfono, y Ana salió corriendo a cogerlo,
pues podría ser la llamada que ella estaba esperando,
pero no fue así.
De fondo se oían unos llantos, y una voz muy dulce que decía,
ya mi niña ya, mama esta contigo, no llores mi ángel.
Ana dejo caer el teléfono, con la mirada desencajada
volvió a la cocina, donde su padre le miro y pregunto:
¿era la llamada que estabas esperando?.
No padre, mucho peor, he escuchado la voz de mama hablando con una niña,
¿y como sabes que era tu madre y una niña?, porque le decía:
ya mi niña, mama esta contigo, mi ángel, no llores mas o algo así.
Pero eso es imposible, cariño tu madre.........
Ya lo se padre, ya se que esta muerta, pero era su voz, estoy segura de que era ella
y también se que yo era una niña muy pequeña cuando ella murió.
Y que ya no la recordaría pero no es así padre, yo la veo todas las noches
y hablo con ella, siempre ha estado conmigo y no se porque;
y desde que estoy aquí no la veo.
Ya llevo un mes aquí, desde que vine del internado ya no he sabido
nada de ella, pero la siento muy cerca de mi como si estuviera a mi lado
todo el tiempo.
Su olor a rosas, siento como sus manos cálidas y suaves
me acarician el pelo como cuando ella me peinaba.
Sí cariño ella esta aquí con nosotros, pero no está sola, hay alguien mas con ella,
y tenemos que hablar de ello mi niña.
Pero falta otra persona que no esta aquí.
¿Quien padre?, ¿no te acuerdas?, pues jugabas mucho con él de pequeña.
Pues no padre, solo me acuerdo de que había tres niños pero no recuerdo
sus caras.
¿Estas segura que no los recuerdas?
Bueno padre hablamos luego, tengo que marchar al trabajo,
como ya te dije espero una llamada muy importante.
Tengo que cerrar un negocio hoy mismo y necesito estar en la oficina,
no me esperes a comer, lo mas seguro vendré tarde.
Cuando llego a la oficina allí estaba él, con su traje de marca
que le quedaba como si fuese un maniquí, moreno, de ojos verdes
y un cuerpo bien trabajado en un gimnasio.
No podía quitar la mirada de él, todas la chicas estaban enamoradas de él,
no paraban de invitarle a salir después del trabajo, a tomar unas copas.
El cariñosamente siempre las rechazaba, un día me dijo que no le gustaba el salir con ellas,
no le pregunte el porque, porque yo en el fondo me alegraba de que así fuera.
Hombre Ana ya estas aquí, si señor Rafael.
Ana ya sabes que no me gusta que me llames así, perdón Rafa, así mejor,
y sonrieron los dos.
Bueno, ¿preparada para cerrar ese contrato?, si pero tengo una duda,
si dime cual es, por si puedo ayudarte.
Pues veras no estoy muy segura si al hacer esta nueva póliza, la otra que tiene queda
anulada por completo, ya que tiene dos clausulas que el nuestro no cubre, pero puedo
hacer un arreglo y el coste seria mínimo.
Pero tengo que tener tu aprobación para ello.
Ana sabes tanto o mas que yo y no tienes que pedir permiso para hacer esos arreglos
como tu les llamas.
Le sonrió cariñosamente, vale pues me marcho a mi mesa ha redactar otro contrato,
gracias Rafa.
colaboración de Reyes Galindo
